El color VIOLETA o PURPURA es el color de los sentimientos ambivalentes. En ningún otro color se unen cualidades tan opuestas como en el violeta: es la unión de rojo y azul, de lo masculino y lo femenino, de la sensualidad y la espiritualidad.
El violeta es el color del poder, causa una impresión de dignidad y de exclusividad. Históricamente era el color de los poderosos, de los que gobernaban. En contraposición con el poder, el violeta es también el color de la penitencia y la sobriedad, y uno de los colores de la devoción y la fe. Como color litúrgico de la Iglesia Católica, es el color del tiempo de recogimiento, de cuaresma.
También es el color de la magia, lo oculto, la fantasía, la transmutación y lo esotérico. Es el color de la superstición. Marca el limite entre lo visible y lo invisible, el anhelo de hacer posible lo imposible.
Es ideal usarlo en la vestimenta para demostrar autoridad, en decoración de oficinas de personal jerárquico y habitaciones de adolescentes (ayuda a concretar ideas y no dispersarse).
No utilizarlo en lugares donde el propósito es trabajar en equipo.
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